Amigos, familias, aventureros. Esos son los perfiles de los adjudicatarios de 76 hectáreas de la costa norte de Potrerillos. Cómo se ven los proyectos ganadores
Un viejo puente de hierro marca la entrada al circuito del Potrerillos secreto, el de la costa norte del dique, la que ni siquiera muchos mendocinos conocen. Un kilómetro adentro comienzan las 76 hectáreas que el Gobierno provincial adjudicó a cinco emprendimientos encargados de brindar un abanico de oferta integral para el mendocino, el turista y el deportista.
Llegar hasta allí no es nada sencillo. “Por ahora la situación del camino es precaria”, reconoce Marcelo Reynoso, directoe de Desarrollo Turístico e Innovación del Emetur. La Provincia estudia una inversión en infraestructura y la utilización del puente; pero entre tanto, los privados harán movimientos de suelos y abrirán sus caminos dentro de los terrenos adjudicados.
Habrá alojamientos, muelles, actividades deportivas, recreativas y turísticas. Un combo en el que, además de servicios de diversa categoría, estarán garantizadas las bajadas públicas – como se procuró para el costado sur del perilago.
Los adjudicatarios tienen ahora otros 45 días para presentar su masterplan, por lo que los proyectos ya presentados serán mejorados o readaptados a las porciones que les correspondieron. Una vez que los mismos sean aprobados, deberán también tener el visto bueno de las Municipalidades de Luján de Cuyo o de Las Heras, según el caso, para poder iniciar las obras.
San Ignacio, herencia de familia
La familia Scaiola conoce estas tierras como nadie. Mucho antes de que se hiciera el dique Potrerillos, allá por el 64, Rodolfo Fito Scaiola afincó su campo allí. Desde entonces imaginó un parador abierto al turismo pero con la obra, llegó la expropiación de buena parte de sus terrenos y la postergación de sus sueños.
Por años siguió yendo junto a su esposa Clara -o Pirula para los amigos-, sus hijos y sus nietos. Allí les quedó una casa en la que forjaron recuerdos y anécdotas familiares. El calor de un hogar que hoy busca abrir sus puertas al público, para cumplir el deseo de Fito, que hoy ya no está.
Fueron sus nietos los que transformaron aquellas ideas en un proyecto formal y lo presentaron en el concurso para que se les concesione lo que alguna vez fue de su familia.
Del otro lado del dique manejan Las Palapas – sunset tendencia dentro del Gran Hotel Potrerillos- y con la adjudicación que se confirmó la semana pasada, cerrarán el círculo para ofrecer servicios de primer nivel de un lado y del otro.
El proyecto ofrece una total conexión con la naturaleza y el entorno. “Tendremos un sitio de contemplación de la inmensidad de la montaña y el espejo de agua“, cuenta Nicolás Scaiola, una de las cabezas del plan.
“Estamos en la primera línea del dique; rodeados 360 grados de montaña”, lo vende.
La huella se llama el camino que dirige hasta el parador San Ignacio, el nombre original que pensó Fito (porque originariamente las tierras pertenecieron a la orden jesuita) y con el que se conocerá ahora al público. Fue él también el que hizo ese sendero, que recorrió por años pensando en este presente que, por fin, concretará su familia.
Hoy tendría 97 años, proyecta Nicolás. Su hermana Jose recuerda que fue el 14 de noviembre de 2017 el día que abandonó este plano.
En el parador se podrá hacer senderismo, andar a caballo, y “disfrutar de gastronomía de primera para pocas personas”.
A fines del 2024, los socios de Inmendoza (razón social de la empresa, que también tiene una web de gastronomía y turismo) esperan abrir con una propuesta reducida. Y más adelante, avanzar con módulos habitacionales integrados con la naturaleza.
Las arquitectas del proyecto, Ana Paula Ridi y Milagros Sifon, mostraron a Diario UNO parte de lo que proyectan:
El legado del Mocho
Daniel Pérez Magnelli lo soñó hace más de 16 años. El Mocho, como lo conocían en el mundo del rugby, murió hace 10 años cuando su silla de ruedas se trabó en un escalón de calle Arístides provocándole una desafortunada caída.
“Potrerillos es un diamante en bruto”, decía mientras soñaba desarrollar la costa norte para instalar un club náutico. Esas ideas hoy buscarán concretarlas su hijo Franco, y sus socios y amigos Carlos Bajach y Bernardo Sottile.
“Apasionados por la sustentabilidad, el buen gusto, la vida al aire libre, el amor a la montaña y al agua, tenemos una gran oportunidad de generar un nuevo polo turístico para Mendoza”, contaron.
El proyecto tiene por fin el desarrollo de actividades náuticas, turísticas, recreativas, sociales y deportivas.
“Ya hace muchos años que estamos trabajando en el diseño. Además de las actividades deportivas, tenemos proyectado un restaurante de primera línea, con solarium, pileta, juegos para niños, fogoneros”, reveló Bajach.
Dosados SA es la empresa que conformaron los tres profesionales, que ya están enfocados en el proyecto ejecutivo y están tramitando las habilitaciones de los entes intervinientes, para dar inicio a las obras, posiblemente en octubre.
Para esta temporada la intención es ya tener abiertos los caminos y un muelle provisorio.
El nuevo club náutico se abrirá bajo la bandera del Yacht Club Mendoza, actualmente instalado en El Carrizal, con la posibilidad de practicar deportes como yachting, kayaking, windsurf o el kitesurf.
El emprendimiento está conformado por tres grandes áreas: una Náutica, otra Turística-Gastronómica y una Deportiva-Recreativa.
El desarrollo se concretará en tres fases: la primera tiene que ver con el área náutica del Yacht Club. Para generar una nueva vía de comunicación navegable, entre la costa sur y la costa norte del embalse, se construirá un embarcadero, llamado Puerto Mocho, en homenaje al ideólogo del proyecto, que incluye un muelle flotante, una zona de amarras para los veleros, una guardería de kayaks y los depósitos de mantenimiento.
En la segunda etapa proponen la construcción de un restaurante de montaña, paradores (fogoneros) y una proveeduría, de esta forma se podrá brindar servicios para que los turistas puedan permanecer y disfrutar de su estadía en la costa norte.
En la tercera fase, se propone levantar una cancha de voley playero, canchas de fútbol tenis, una pileta con solarium, un sector de juegos de niños, miradores, senderos de montaña para hacer trekking y running, vestuarios con sala de primeros auxilios, y por último, un circuito de Mountain Bike.
Atrapado por la montaña
Hernán Kenseyán nació en Buenos Aires pero un pedacito (grande) de su corazón está en la montaña mendocina. Conoció Potrerillos cuando por trabajo vivía en Chile y viajaba dos o tres fines de semana al mes para disfrutar de Mendoza.
Hace 20 años se dedica a la hotelería, siempre gerenciando proyectos en relación de dependencia, hasta que hace tres se animó a dar el salto.
“Tenía mucho conocimiento de la zona. Investigué Potrerillos a fondo y descubrimos (con su pareja) la costa norte, que en ese entonces estaba vacía”, recuerda Hernán en diálogo con Diario UNO. Así nació Denmoza Eco Lodge, un complejo que se ubica en el kilómetro 9.5 de la costa norte y que reversiona el concepto de glamping en una zona más agreste.
En familia están próximos a inaugurar, en el mismo kilómetro, otro complejo privado tipo lodge que se llamará Casa del Plata.
“Apostamos a la zona y no somos improvisados. Conocemos muchísimo las dificultades: el faltante de agua, el congelamiento de las cañerías, el mantenimiento del camino. Y dijimos, por qué no”, manifiesta Hernán, con pasión y amor por la montaña de Mendoza -y muchas ganas de instalarse para siempre-.
“Con esta licitación se hace un cierre a la posibilidad de desarrollar la costa norte. Con los otros proyectos estamos ubicados en el centro del dique y ahora apuntamos al desarrollo de la costa del río Mendoza, que tiene un potencial increíble y está muy desaprovechado“, relata.
De los proyectos ya adjudicados, es el que primero se encuentra desde el puente ferroviario. Apenas en el kilómetro 1.
Domos Potrerillos será una parada gastronómica, con la modaliadad de domos, baños públicos, estacionamiento y sector de food trucks para servicio de cafetería.
Más adelante, así como en sus complejos privados, se podría incorporar la opción hotelera.
“Teniendo pleno conocimiento de lo que es construir en la zona y el trabajo que conlleva, difícilmente lleguemos con algun servicio para esta temporada”, resalta, no sin dejar de lado el pedido de compromiso a las autoridades provinciales para la mejora del camino público de la costa norte.
Su complejo será de fácil acceso. Está “transitable” la senda hasta allí pero a partir del kilómetro dos comienza a ser más complicada y sinuosa, lo que dificulta la llegada al resto de los paradores.
El proyecto de la UNCuyo, aún bajo siete llaves
Poco se sabe de la iniciativa de la Universidad Nacional de Cuyo. Según pudo averiguar Diario UNO, si bien el predio ya fue adjudicado, la entidad debe aún cumplimentar pasos internos para que la concesión se concrete.
Desde la UNCuyo aseguran que será así y más pronto que tarde estará la documentación en regla y a disposición.
El proyecto de la Universidad pública se desarrollará en las 9 hectáreas de la costa norte que históricamente se le han concesionado. “Tendrá como destinatario principalmente a la comunidad educativa”, dijeron.
Entre las camas que se cuentan para la costa norte se incluyen plazas estudiantiles, que son las que podría aportar este diseño.
Aventura asegurada
Si hay empresarios que conocen de aventura en Mendoza, esos son los socios de Mapsa Group SA, Pablo García, Mariano Rodríguez y Roby Riedel.
Los dueños de Villavicencio Park, Potrerillos Park y Penitentes Park, desarrollan también el Parque Recreativo Costa Norte Park, que es el que buscan ampliar en tierras públicas con esta concesión.
La propuesta se enfoca en tres ejes principales: sostenibilidad, turismo y recreación.
En una primera etapa, buscarán ampliar el parque actual; pero el proyecto también incluye el desarrollo de un mini complejo de locales comerciales; y en una tercera fase, un hostel.