Su madre contó todos los padecimientos que tuvo para conseguir ayuda efectiva en los organismos del Estado, entre ellos un traslado a un centro especializado que no se concretó por demoras de una jueza.
“Pedí de mil formas ayuda y la Justicia no existió. Espero que escuchen este mensaje para que no vuelva a pasar lo mismo. No quiero ahora enterrar a mi otro hijo”. Este lamento cargado con un interminable dolor y una desesperada solicitud de ayuda corresponde a Yésica Paola Olguín, la mamá de un chico de 16 años que vencido por las adicciones tomó la peor decisión: se suicidó.
En la puerta de la Morgue del Poder Judicial de la ciudad de San Luis, habló con los medios de comunicación para dar a conocer el drama que venía atravesando Marcelo Valentín Becerra, para que se sepa de la asistencia que necesitaba y que no llegó a tiempo y para rogar que la escuchen para que no vuelva a ocurrir lo mismo con su otro retoño, de 17 años.
“No le deseo a nadie lo que estoy sufriendo, pero pido que se entienda que hay muchos chicos que tienen una enfermedad y que no los vean como sapos feos, como una jueza que no entendió”.
Marcelo Valentín a los 12 años comenzó con el flagelo de las adicciones. Con el acompañamiento de sus allegados empezó a asistir al Centro Prevención y Asistencia a las Adicciones (CPAA) que primero estaba en el Hospital de Salud Mental y que después fue trasladado al edificio de calle Ayacucho. “Hace un año, cuando empezó a lastimarse lo judicialicé y la jueza Viviana Oste me pidió que lo siguiera llevando al CPAA que ahora está en la Avenida Lafinur. Como no veía cambios seguí exponiendo la situación ante al juzgado. Me pidieron una valorización del CPAA, la hice y hace pocas semanas nos informan que había salido la internación en un centro especializado del sur de Buenos Aires porque en San Luis no hay”.
“El 24 de diciembre la Policía me lo llevó todo golpeado” y pese a la gravedad del cuadro que presentaba, la desconsolada mamá reveló que el traslado no se pudo concretar. “Yo prefería tener a mi hijo a 600 kilómetro de San Luis, pero con vida”, y seguidamente responsabilizó a la Justicia por el lamentable desenlace. “La jueza Natalia Giunta no quiso firmar, se pasaban la pelota de un lado a otro, hasta que sucedió esto. Ayer, estuvimos hablando y me repetía: mamá ‘no me quiero drogar más, voy a buscar mis cosas y vuelvo’. Lamentablemente, el ‘Gringo’ como lo llamaban, no volvió más. Hoy le estoy dando entierro porque la Justicia no me hizo caso”.
Yesica destruida como está por la muerte de Marcelo Valentín que tenía toda una vida por delante, saca fuerzas de donde no tiene para pedirle “encarecidamente a toda la sociedad que la ayude”, para que su otro hijo de 17 años tenga la asistencia que merece también afectado por las adicciones.