Los maestros que con sus denuncias dieron a conocer el escándalo enfrentan el hostigamiento de las autoridades. Gracias a su valentía y el apoyo de madres, se visibilizó la problemática.
La presión sobre los trabajadores de la educación en San Luis sigue aumentando. En un testimonio estremecedor, docentes relataron el temor con el que conviven tras haber expuesto públicamente la entrega de alimentos en mal estado en las escuelas de la provincia.
Las y los docentes, quienes firmaron un comunicado relatando los sucesos en los que evitaron que los alumnos consumieran comida en mal estado, explicaron que su jornada laboral se extiende desde las 8 hasta las 12 en una escuela pública y luego de 13 a 18 en otra institución, lo que les dificulta atender otros asuntos. Comentaron que el conflicto comenzó cuando se negaron a que los estudiantes consumieran hamburguesas en mal estado. Según su testimonio, expresaron directamente su indignación a la nutricionista y a la representante de Pane, calificando la situación como una vergüenza. Además, instaron a los padres a acercarse para verificar el estado de los alimentos.
Gracias a la valentía de las madres que acompañaron la denuncia, la situación tomó estado público y permitió visibilizar lo que estaba ocurriendo en las escuelas. Sin su apoyo, señalaron los docentes, la problemática habría quedado en el silencio.
A raíz de su denuncia, los docentes enfrentan ahora un hostigamiento institucional. Explicaron que el acta que les realizaron fue por pedido del Ministerio de Educación y que la situación les resulta agotadora, ya que, además de las responsabilidades propias de la enseñanza y los bajos salarios, deben preocuparse por la alimentación de los niños.
Expresaron también su temor a que, si los llaman o brindan una entrevista, se los acuse de descuidar su labor docente. Aseguraron que deben cuidarse en cada paso que dan, ya que temen posibles represalias. A pesar de considerarse personas combativas, admitieron que en esta ocasión el miedo los sobrepasa.
Su relato deja al descubierto una realidad que golpea a muchos docentes: la falta de respaldo, la precarización y la constante presión de un sistema que busca silenciar las voces críticas. Reflexionaron sobre la difícil situación provincial y nacional, destacando que las exigencias sobre los docentes no dejan de aumentar.
El miedo se instaló en las aulas y quienes deberían educar a las futuras generaciones hoy deben cuidarse de no ser perseguidos por cumplir su rol con dignidad.