El ajuste de Milei a los jubilados se traduce en desesperación: el drama en el Hospital Español

Empezó como un conflicto salarial, pero ya es una crisis de salud: de las 200 camas operativas que tienen en el servicio de clínica médica, hoy solamente pueden contar con 90 por falta de personal. Rechazan a jubilados con patologías graves y sólo obtienen una respuesta de las autoridades: “No hay plata”.

El ajuste del presidente Javier Milei a los jubilados no está dirigido solamente a sus bolsillos. Tras la restricción de los medicamentos con descuento del PAMIlos trabajadores que atienden a los adultos mayores en el Hospital Español denuncian que de 200 camas operativas, hoy solamente pueden contar con 90 por falta de personal. En las últimas semanas, pacientes con patologías gravísimas que llegaron al centro de salud tuvieron que ser derivados por este motivo. Muchos profesionales médicos y no médicos están abandonando sus puestos y optando por otras alternativas laborales porque algunos no cobraban aumentos de sueldos desde enero o inclusive diciembre. “Por lo que vemos, hay un plan para vaciar el hospital y venderlo al mejor postor”, alertaron en diálogo con El Destape. Desde el PAMI indicaron a este medio que “el Hospital sigue en funcionamiento y atendiendo a todos los afiliados”.

Cada vez que perdía uno de los médicos de su equipo, Fernando Wahlmann (jefe de clínica médica del hospital), enviaba un mail a la dirección del Español (hoy intervenido por el PAMI) “para que se dieran cuenta que se iban a pegar la cabeza con la pared y ver si se podia pegar el volantazo”. Hoy cuenta que el plantel se redujo un 50% porque la respuesta que recibió calcada  fue “que no había plata” para los aumentos salariales. “Las cuentas apremian y la gente tiene que vivir, muchos se fueron al sector privado y otros recurren a guardias, que son más redituables aunque implica otro tipo de trabajo más extenuante”, remarcó el jefe de médicos a este medio. Tiene actualmente seis médicos de planta, pero debería contar con 14. 

Ya no es solo un problema salarial, se convirtió en un problema de salud. La tensión sanitaria es tal que los médicos están saturados, por lo que los pacientes no están recibiendo la mejor atención. Sin ir más lejos, esta semana recibieron en guardia personas que llegaron en ambulancia con diagnósticos de ACV y otras patologías complejas pero no pudieron internarlos y tuvieron que trasladarlos a otros centros. “Tendría que tener más del doble de personal porque estamos con capacidad excedida. No nos queda otra que limitar la internación, no podemos atender un paciente más porque no damos abasto, si los ingresamos se ven perjudicados en su riesgo de vida“, sumó. Las camas están listas. Cuentan los trabajadores que hasta tienen sábanas y almohadas, pero no sirven para nada si no hay médicos que puedan acudir a las habitaciones donde se ingresan pacientes. Por eso, al menos 120 de ellas están inutilizadas.

Los médicos que decidieron quedarse en el hospital están expuestos también porque, cuando el sistema sanitario se tensa, uno es más proclive a cometer errores y a quedar envuelto en un juicio de mala praxis. Esa también es una preocupación que hoy atraviesa a los trabajadores del hospital. “Si tengo 10 pacientes, los veo bien; si tengo 100, alguno se va a morir y la responsabilidad va a ser mía. De esa capacidad es la que estamos hablando”, indicaron. Wahlmann explica que recibir pacientes que no van a poder contar con la atención necesaria es también “abandono de persona”. 

Fuentes de PAMI aseguraron que están al tanto del reclamo salarial presentado por los trabajadores del hospital. “Cabe recordar que a principios de año, se realizó una recomposición salarial para los trabajadores del Español, quienes llevaban un largo período de atraso en sus remuneraciones. Por su parte, los miembros de la intervención mantienen un diálogo constante con los representantes de los trabajadores, con el objetivo de negociar puntos en común y alcanzar un acuerdo, considerando la delicada situación económica que atraviesa la institución”, explicaron. 

El miedo a la privatización

Los trabajadores alertan que “todos los sistemas están afectados” porque también en el sector ambulatorio se ven escenas dramáticas, donde los pacientes consiguen turnos de a dos o tres meses. “La dirección no se ha hecho eco del reclamo, nos siguen aumentando el trabajo y es caótica la situación”, señaló Sinda Zalles, integrante del equipo médico de Wahlmann. Según cuentan, hay camillas en los pasillos por el colapso.

“Nosotros lo que queremos es que el hospital no se cierre, pero esto está pasando, no tenemos lugar para atenderlos, está todo colapsado”, remarcó el jefe de clínica. El miedo más palpable que tienen los trabajadores es que la fiebre privatizadora del gobierno de Javier Milei también les llegue. Temen por el efecto contagio, en una semana en la que el Gobierno anunció la privatización de IMPSA, Aerolíneas Argentinas y Trenes Argentinos. Creen que el Español tampoco va a quedar en pie.

Suponen que son los próximos porque cuentan que “paradójicamente” no están sufriendo un ajuste en insumos básicos ni medicamentos. “Hay momentos donde faltan pero a los dos o tres días aparecen. Parecería más bien una falla de logística que falta de plata. Hay áreas además del hospital que vemos que se pintan y se ponen a nuevo, pero no hay dinero para los médicos”, subrayó Wahlmann, quien cree que la falta de interés de los directivos por el éxodo de médicos esconde “un plan para vaciar el hospital y venderlo al mejor postor”. 

Otro hospital escuela en riesgo por el ajuste

La semana pasada, los trabajadores del Hospital de Clínicas, que depende de la Universidad de Buenos Aires, alertó que también están rechazando pacientes por falta de presupuesto. En la víspera de la masiva marcha federal universitaria contra el veto del ajuste de Milei, realizaron un abrazo simbólico, un paro por 24 horas, clases abiertas y volanteadas.

El Hospital Español, también es un hospital escuela, pero allí es donde el éxodo de médicos es todavía más palpable. Ante la baja de honorarios y renuncias de los médicos de planta, la deserción también llegó a los residentes. “Tenemos un cupo para médicos resdentes, pero esa cantidad solamente está ocupado el 15% porque se fueron yendo. Estamos hablando de médicos en formación, de un hospital escuela vinculado con la UBA. Esto afecta también a la calidad de los profesionales y perjudica ampliamente la capacidad operativa del servicio”, subrayó Wahlmann, quien ingresó al Español hace 14 años y que hace 9 es jefe de clínica.

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