Decenas de quejas se multiplican ante la mirada indiferente de la Municipalidad. Los vecinos están rehenes de las impericias y tienen que “aguantar” los dramas sin ninguna respuesta.
Por donde se mire, en cada rincón, la ciudad expone diferentes problemáticas que le generan verdaderos “dolores de cabeza” a los vecinos de distintas barriadas. Cloacas desbordadas, basura en el suelo, contenedores rotos, dificultades con el agua potable e inconvenientes con el pavimento, son moneda corriente. Las autoridades ignoran los reclamos y las complicaciones se les escapan de las manos. En lo que va de la gestión, el Municipio no ha podido normalizar los servicios. La gente está indignada.
“Yo ya no reniego más, parece que quisieran que las calles estén hechas una mugre. Uno hace los reclamos pero no hacen nada. El problema son los focos infecciosos, viven hablando del dengue y del descacharreo, pero los contenedores son una inmundicia. A veces andan ratas. No da para más esto”, lamentó Carlos, un vecino de la calle Rivadavia, en diálogo con El Diario de la República.
La gente está muy preocupada por las cuestiones sanitarias, pero también está indignada por la falta de empatía de los responsables municipales. La sensación general es la de una “ciudad en estado de abandono”.
Cloacas
De los dramas más recientes, se evidencian segmentos donde las cloacas no dan respiro. Uno de los derrames, por ejemplo, se registra en 11 de Septiembre y Esteban Adaro, donde baja por República Dominicana y sigue por Martín de Loyola hasta Europa y calle Mendoza. Allí hay tramos donde el agua servida ocupa gran parte de la calle.
La gente no aguanta las complicaciones con las cloacas. Foto: Gentileza.
Las cloacas conforman verdaderos focos infecciosos. Foto: Gentileza.
De igual manera, hay una rotura en Buenos Aires que baja desde el este. En la intersección con Rivadavia, se hace una bifurcación; así se desparrama en dirección hacia San Martín y dobla por Rivadavia hacia Juan Gilberto Funes.
Cloacas desbordadas en Rivadavia y Buenos Aires. Foto: El Diario.
“Para cruzar la calle hay que asegurarse de que no pase ningún auto cerca o te salpican con el agua servida”, lamentó María, una vecina de calle Colón que pasa a diario por la zona donde están las cloacas desbordadas.
Estos son solo dos casos, de tantos otros que reclaman a lo largo y ancho de la capital puntana. Las redes sociales son el espacio de catarsis ante el silencio oficial.
Agua potable
No hace falta ser un especialista para advertir las serias complicaciones que hay con el servicio de agua potable. El caso más resonante es el de los vecinos de distintos barrios del oeste como el República, el 1º de Mayo, el 9 de Julio, el V Centenario, Las Lajas, donde advierten cortes en el suministro que en algunos casos datan de un mes. Pero así, otras zonas de San Luis también experimentan obstáculos, ya sean interrupciones, poca presión o dramas con agua intomable.
Así sale el agua en la zona de la Plazoleta del Carmen. Foto: Gentileza.
En lo más reciente, la gente que vive en las inmediaciones de la Plazoleta del Carmen advirtió que el agua sale con un color oscuro. En otras zonas si bien sale incolora, llega con un olor nauseabundo. De una u otra manera, no es apta para el consumo y los usuarios no tienen otra opción que comprar agua envasada. “Me baño y me queda olor como si hubiese estado en el río”, dijo Marcelo, de la zona sur.
La Comuna, lejos de brindar soluciones, apunta a la responsabilidad de los vecinos e insta al “uso razonable”, con “recomendaciones” que van desde evitar el llenado de piletas hasta cerrar la canilla al lavarse los dientes. Nadie discute que el cuidado de cada persona contribuye a mantener una normalidad en el servicio, pero los problemas del agua no se van a ir porque la gente cierre la canilla al lavarse los dientes. Más bien, claramente hay un drama en el manejo técnico que no encuentra soluciones.
Pavimento
El pavimento es otro de los reclamos de distintas barriadas. En el Jardín Aeropuerto, por ejemplo, donde enfrentan la falta de luz en las noches, tienen que “aguantar” los “cráteres” que hay en diferentes arterias. “En la calle Marcelino Poblet, en 2 tramos, por donde pasa una línea de colectivo diariamente, hay complicaciones. Nos hemos cansado de pedir aunque sea que tapen baches pero nunca nos escucharon”, lamentó un vecino de la zona, que cansado de la indiferencia, recurrió a El Diario para hacer público el inconveniente.
Pavimento en calle Marcelino Poblet. Foto: Gentileza.
“Para nosotros es súper importante, pasa un colectivo. Nunca arreglan el pavimento. Los autos están destruidos”, agregó.
Así, se suman innumerables situaciones, particularmente en los sectores más apartados de las cuatro avenidas.
Las calles están destruidas. En la imagen, un sector de Marcelino Poblet. Foto: Gentileza.
Basura sin límites
Lo que ocurre con la basura es insólito. Este medio registró el 30 de enero diferentes casos donde se observaron contenedores rotos, desbordados, con la basura en el suelo. Nada ha cambiado desde entonces y los puntos relevados siguen iguales.
En calle Rivadavia, desde la plaza Independencia hasta Juan Gilberto Funes, hay contenedores averiados, donde los residuos emanan fuertes olores y son focos de moscas. De igual modo ocurre por San Martín. Otros puntos de conflicto se dan en 25 de Mayo y Pasaje Santa Isabel, o en calle Ayacucho (donde han sacado contenedores). En España e Hipólito Yrigoyen también se observan reclamos.
Contenedor roto y basura en el suelo, en calle Rivadavia, pasando Buenos Aires. Foto: El Diario.
“Es cierto que muchas veces la gente es la que ensucia. Acá llegan muchas personas en autos o en camionetas, que no son de la zona y dejan sus residuos. Así se va juntando la basura. Pero más allá de la conducta de los vecinos, la Municipalidad no se puede hacer la desentendida. No por eso, la ciudad va a ser una mugre”, remarcó Dora, una vecina de la calle Buenos Aires.