Advierten serias deficiencias en el servicio de salud del departamento San Martín

Una mujer sufrió una severa descompensación en Potrerillo y atravesó fuertes demoras en su traslado. No había personal que la asistiera y enfrentó una verdadera odisea para conseguir una ambulancia. Aseguran que está viva “de milagro”.

La salud pública de la provincia está crisis. No es opinable, se trata de un hecho concreto y objetivo, pese a que el Gobierno tenga una visión de fantasía sobre el escenario actual. Lamentablemente, las impericias conforman “el pan nuestro de cada día”. Fuga de profesionales, falta de insumos, complicaciones con la atención sanitaria, errores en los diagnósticos, son algunas de las problemáticas que enfrenta la gente. Esta vez, la rabia de los vecinos se originó en el departamento San Martín, donde un reciente caso expuso las problemáticas que “han hecho raíz” y que no tienen respuesta.

Lorenzo Sosa, un vecino de La Toma, expuso en redes sociales una difícil situación que vivenció su hermana, Susana, en Potrerillo. La publicación tuvo amplias repercusiones y la gente se sumó a la queja. Hubo indignación. De acuerdo a lo que contó Sosa, la mujer sufrió una descompostura el sábado por la mañana. La familia tuvo que llamar al servicio de emergencias porque Susana “no reaccionaba”. Pero lejos de ser asistida, pasó instancias horribles.

“En Potrerillo hay dos ambulancias, las tienen en la casa del chofer. En ese momento dijeron que no había ambulancia, tampoco había enfermeros en el centro de salud, no había nada. Es así que llamaron a San Martín, donde contestaron que no podían ir porque no tenían ambulancia, que había una sola y no podían dejar sin el vehículo a la localidad. Incluso preguntaron si era verdad lo que decía mi familia porque, según explicaron, ha pasado de que han ido a asistir a personas y se han encontrado que en la puerta de la casa había una 4×4. Preguntaron si no teníamos forma de sacarla a mi hermana. Justamente mi familia llamó porque se necesitaba asistencia con urgencia”, detalló Sosa en diálogo con El Diario de la República.

Como no había respuestas, llamaron a Las Lagunas. Ahí les informaron que no tenían chofer porque no estaba de turno. Aún así, frente a la urgencia, el chofer se subió a la ambulancia y se dirigió a Potrerillo, lo hizo “por buena voluntad y vocación de servicio”. Una vecina que tiene conocimientos de enfermería, acompañó a Susana. Cuando llegó el móvil sanitario, fue derivada a La Toma.

En La Toma le practicaron todos los procedimientos y un obstetra que llegó, indicó que notaba “algo duro” en el cuello de útero. Fue así que la derivaron a San Luis. Sosa aseguró que su hermana “está viva de milagro”. Según comentó, la mujer tenía un embarazo ectópico. “Se había reventado, estaba perdiendo mucha sangre. Los médicos le aseguraron que le salvaron la vida por 10 minutos. Fue en la camilla con la que la bajaron de la ambulancia, directamente al quirófano. Si hubiese tardado 10 minutos más, no hubiera sobrevivido. La sacaron con una gran anemia del quirófano, perdió mucha sangre. Ya le dieron el alta y le indicaron que posiblemente le haya agarrado diabetes”, precisó.

El hombre apuntó que en Potrerillo -y en el departamento San Martín en general- no tienen “salvación de nada”. “Los choferes tienen la ambulancia en la casa o la usan para llevar a la doctora que viene una vez por semana a Potrerillo. La llevan a su casa y la traen, utilizan los móviles para eso. Es una vergüenza que haya ambulancia y no haya personal”, repudió.

Para graficar la situación de la salud, contó que a una chica de la zona que tiene a su madre con diabetes, le dijeron que tenía que ir a Las Chacras a buscar su medicamento. “Todos sabemos que en Potrerillo las canteras de granito se han llevado muchas vidas por falta de auxilio, no porque no había ambulancia, sino porque no hay doctores, no hay enfermeros, no tenemos nada, ni siquiera tenemos policía. Estamos totalmente abandonados”, manifestó.

Otro departamento, las mismas falencias. Su experiencia en el Hospital de La Toma

Lorenzo Sosa viene de atravesar una compleja cirugía en su columna, en la que le pusieron 15 prótesis. Debido a la intervención, tiene que recibir curaciones diarias. Recientemente se dirigió, con ayuda de su esposa, al Hospital de La Toma para que le efectuaran las curaciones, pero le dijeron que no podían hacerlo porque esas tareas “las hacen hasta las 20 horas”. El hombre aseguró que había asistido al nosocomio a las 20:15.

“Viene la enfermera tomando mate y me dijeron que no me podían curar porque ya se había pasado el horario. Mi señora les pidió alcohol y gasas para curarme y le dijeron que no están autorizados a dar insumos a los pacientes. Eran 5 minutos de curación nada más, era ponerme un poco de alcohol, fijarse cómo está la herida y vendarme, nada más. Estamos totalmente perdidos. No le estaba pidiendo que se quedaran una hora conmigo; tengo una herida de 20 centímetros, no puedo estar ni parado. Tratan mal. Ahora me tengo que comprar las cosas y curarme como puedo. Los hago responsables si llega a pasarme algo o me da alguna infección en la herida”, dijo.

“Todos pagamos las consecuencias. Es bastante feo, bastante doloroso, una cosa de locos”, concluyó.

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